Margarita Salas

Margarita Salas. Profesora de Investigación del CSIC. Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (CSIC–UAM) Inicié mi andadura científica en España en el año 1961, realizando mi Tesis Doctoral en un laboratorio pionero de la Bioquímica, el del Profesor Alberto Sols, en el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC en Madrid. Se puede decir que investigar en aquella época en España era llorar, sobre todo si la que investigaba era una mujer. Después de una fase posdoctoral de tres años en Estados Unidos en el laboratorio del Profesor Severo Ochoa, periodo en el cual me sentí tratada como persona, independientemente de mi condición de mujer, volví a España en 1967, incorporándome al mismo Centro donde había realizado mi Tesis Doctoral para tratar de desarrollar, junto con Eladio Viñuela, la Biología Molecular que habíamos aprendido en el laboratorio de Ochoa. En el año 1967 aun no existían en España ayudas del Gobierno para realizar investigación, por lo pudimos iniciar el trabajo en España gracias a una ayuda de Estados Unidos que conseguimos con el apoyo de Severo Ochoa. Afortunadamente, a finales de 1967, Manuel Lora-Tamayo, Ministro de Educación y Ciencia, creó las becas de Formación de Personal Investigador, por lo que el grupo recién creado pudo tener los primeros doctorandos con beca. Todos ellos eran hombres, no porque los hubiésemos buscado especialmente, sino porque ninguna mujer se interesó en realizar una Tesis Doctoral en nuestro laboratorio. Así pues, desde 1968 hasta 1971 el grupo tuvo sólo doctorandos hombres. Yo era la única mujer científica, y el Centro nos había proporcionado dos auxiliares de laboratorio que eran mujeres. En 1972 inició la Tesis Doctoral la primera mujer y en 1973 la segunda. El número de mujeres fue incrementándose paulatinamente con el paso de los años, y en la actualidad hay en total un 60% de mujeres en mi laboratorio. Hemos pasado, por tanto, de una situación en el pasado en la que la mujer científica era una “rareza” en la actividad científica española, a la situación presente en la que existe una mayoría de mujeres, en particular doctorandas, en nuestros centros de investigación. Sin embargo, hay todavía una minoría de mujeres que ocupan puestos relevantes en el mundo científico. En la mayoría de los Centros de Investigación españoles hay un porcentaje aún pequeño de mujeres científicas que son Jefas de Grupo en los laboratorios del CSIC o Catedráticas en la Universidad. Es todavía menor el número demujeres que ocupan puestos directivos como Directoras de Departamento, Decanas, Vicerrectoras o Rectoras en la Universidad, o Directoras de Centros o Vicepresidentas en el CSIC. De hecho, todavía no ha habido ninguna Presidenta del CSIC aunque, en la actualidad, la vicepresidencia esté a cargo de dos mujeres científicas. Esta situación de minoría de científicas en puestos de dirección puramente científica o científico-administrativa es un reflejo de nuestro pasado. Ha habido pocas mujeres científicas en el pasado en comparación con sus colegas masculinos, lo que se refleja, 20 o 30 años después, en un escaso número de mujeres en puestos de dirección y de responsabilidad. Pero quizás también las mujeres científicas tenemos que entonar un “mea culpa” pues, en general, nos hemos resistido, no a ocupar puestos de dirección científica de grupos de investigación, pero si a ocupar puestos de dirección científico administrativa en los pocos casos en los que se nos pueda haber ofrecido. ¿Cuál es el futuro de la mujer científica en España? La gran cantidad de mujeres que están realizando actualmente su Tesis Doctoral y, lo que es muy importante, su cambio de mentalidad, va a traernos un futuro en el cual la mujer científica ocupe en el mundo de la investigación el puesto que le corresponda de acuerdo con su capacidad. Esto, que ya se está empezando a vislumbrar, nos traerá una sociedad científica equilibrada desde el punto de vista de género en la cual la potencialidad investigadora de la mujer no se va a desaprovechar. No deben pasar muchos años sin que esta previsión sea una realidad.

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FUENTES: amit-es.org